Foto extraída de nota de la BBC titulada «Asesinato de Sergio Rojas: la conmoción en Costa Rica por la muerte del líder indígena que defendía las tierras de pueblos originarios», edición del 20/03/2019
El pasado 24 de febrero, en Costa Rica, Jerhy Rivera Rivera, un líder indígena en la zona de Térraba, fue asesinado, la ubicación geográfica de su muerte coïnicide con la región en la que fue asesinado el año pasado otro líder indígena costarricense, Sergio Rojas, el 18 de marzo del 2019. Habíamos tenido la ocasión de examinar las cartas hechas públicas por Naciones Unidas con respecto a los requerimientos hechos a las autoridades costarricenses sobre este último asesinato
El hecho que Sergio Rojas fuese objeto de medidas cautelares ordenadas en el 2015 al Estado costarricense por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) para resguardar su vida y su integridad física evidencia la inoperancia estatal.
Es de notar que a la fecha, las autoridades costarricenses no han logrado aún identificar a los autores materiales del asesinato de Sergio Rojas, y se tiene serias dudas sobre las posibilidades que tengan de identificar en el futuro a los autores intelectuales de este vil acto.
La muerte de Jerhy Rivera viene ahora a interpelar nuevamente a las autoridades sobre su accionar con respecto al clima de violencia y de impunidad campante que persiste en la zona de Térraba y que mantiene indignadas a las comunidades indígenas y a muchas organizaciones sociales costarricenses, cuyos legítimos reclamos siguen sin obtener una respuesta por parte del Estado costarricense.
En sus declaraciones, la representante de Naciones Unidas en Costa Rica no dudó en señalar la laguna existente en Costa Rica con relación a quiénes defienden a sus comunidades, tanto indígenas como rurales, pero también a los líderes de entidades que defienden el ambiente y más generalmente los derechos humanos: