Hoy hace cuatro años en Pococí, se realizaba la entrega del mando municipal de manos del que fuera alcalde por seis años, quien tuvo la oportunidad única, de llevar adelante transformaciones, pero que nunca siquiera inició. Salió con más pena que gloria. Asumía entonces, una mujer que había sido diputada y se especulaba que su gestión sería superior a quien le precedía, los dos eran del mismo partido.
Nuestro Movimiento de Ciudadanía que Construye Territorios Seguros, se apersonó de inmediato ante la alcaldesa a manifestarle la decisión de acompañarla, para reforzar los mandatos establecidos en la Constitución Política y el Código Municipal.
El mandato constitucional se relaciona con la Rendición de Cuentas, la transparencia, la probidad, la participación ciudadana y especialmente la organización de las personas, para la formulación de los Presupuestos Participativos, procedimiento estipulado para organizar el desarrollo de cada distrito, desde la participación ciudadana en la toma de decisiones.
El Movimiento no llegó a pasear. Lo demostramos al organizar de entrada, los procesos de formulación de los Presupuestos Participativos. La gran participación de la población, asustó principalmente a integrantes del Concejo Municipal, acostumbrados a servirse con la cuchara grande como una cultura hecha ley, amparada en la corrupción y la impunidad.
Los que le hablaban al oído a la alcaldesa, le hicieron ver que era necesario volver a la “política de los que sí saben” y se plegó a las pretensiones de los ocurrentes de la política cantonal. Nuestro Movimiento la dejó sola, se lo dijimos de frente, consideró que no nos necesitaba. Ella terminó como le advertimos que pasaría, sin el apoyo del pueblo, dominada por un chantaje deleznable, entregando un cantón más deteriorado de cómo lo recibió y cuestionada en su probidad.
Ahora, Manuel Hernández asume como nuevo alcalde, lo hace en el momento más difícil del cantón y del país. Llega con muchas experiencias acumuladas, pero con un Consejo Municipal que es una diáspora partidaria y con vivencias diversas donde tienen encuentro viejas mañas y nuevas esperanzas. De seguro desde febrero han intentado obligarlo a “negociar”, si es que quiere cumplir sus aspiraciones de trabajo y sus proyecciones de desarrollo.
La situación ahora exige inteligencia estratégica. Las viejas ideas con que se acostumbraron a llegar quienes fueron electos regidores, ahora chocarán con una realidad para la que están menos preparados. Si alguna mala intención ya estuviera rondando, se enfrentará al desafío de darle respuesta a una población que estará más pobre y con menos oportunidades que cuando los eligieron. Las terribles historias de la cultura de quienes –cual si fueran iraníes perversos-, que buscan apropiarse indebidamente de los recursos de los habitantes, no podrá ser lo que perdure, el chantaje político no puede permitirse más.
Ahora la transparencia, la rendición de cuentas y la probidad, consignados en los Art. 9 y 11 de nuestra Constitución Política, así como lo que establece el Código Municipal sobre la participación ciudadana en la toma de decisiones –como El Soberano que es- y la construcción de presupuestos participativos, tienen que ser el norte.
Nuestro próspero cantón está donde está, por el empuje de sus habitantes y la valentía de sus empresarios, a pesar de los gobiernos locales que hemos tenido en los últimos tiempos.
Sin embargo, la pobreza a que la institucionalidad de manera irresponsable nos ató en esta provincia, ha propiciado una espiral de violencia que no se arregla con cámaras, ni con policías municipales, menos buscando semillas, para sembrar ilusoriamente seguridad, otros cantones ya lo comprobaron. La desigualdad social se incrementará y la violencia con ella.
La tarea es construir la paz. Atrevernos a Construir Entornos de Paz, destacarnos por lo que nadie más tiene y exportarlo.
La confianza que debemos tener en el gobierno local, solo se logrará por lo que nos demuestren sus propios actos, especialmente la construcción del diálogo. Uno que no excluya a la ciudadanía en la toma de decisiones y que no tenga miedo a los disensos, porque debemos construir consensos.
Las oportunidades que requieren urgentemente jóvenes y mujeres de este cantón, no vendrán de manera mágica, ni ocasional. El desastre económico que deja en nuestro país el Covid 19, será mayor por el impacto de lo que sucede a nivel global.
Hay que abandonar los sueños psicodélicos de que el turismo, el banano, la piña, y otras ocurrencias, serán el soporte de nuestro desarrollo. Eso quedó atrás.
Manuel Hernández ganó con un amplio respaldo, fueron quince partidos disputando el puesto. Ahora tiene la oportunidad despreciada por quienes le precedieron, de sacar adelante a Pococí.
Todos tenemos que darnos la mano, sin mezquindades.
El Movimiento de Ciudadanía que Construye Territorios Seguros estará apoyando con todos sus integrantes, mujeres y jóvenes principalmente.
Seremos respetuosos, estaremos hasta que él lo decida.
Carlos Campos Rojas
Coordinador Nacional