I Ciclo del 2021
El regreso a la bulliciosa normalidad del campus aún está lejos, pero las autoridades esperan poder desarrollar algunos cursos y actividades de forma presencial en el primer semestre.
El inicio del primer ciclo lectivo del 2021, que se dará en abril, se dirigirá escalonadamente a la presencialidad, pero siempre respetando los lineamientos que emitan las autoridades de salud en el contexto de la emergencia sanitaria generada por el Covid-19.
Así lo explicó el vicerrector de Docencia, José Ángel Vargas, quien recién asumió el cargo.
Según dijo, las decisiones sobre el tercer ciclo 2020 (conocido como verano) y la calendarización del 2021 fueron tomadas por la administración anterior, la de transición. «Desde el año pasado quedó definido el calendario y no se ha variado, en estos días no hemos tenido Consejo de Rectoría, pero eventualmente estaríamos analizando el calendario más detenidamente a ver si corresponde algún ajuste que permita un mejor aprovechamiento del tiempo tanto de estudiantes como de docentes», comentó.
En el entretanto, explicó, el plan es que el primer semestre de este año puedan retomarse algunos cursos y actividades presenciales en combinación con lo virtual. «De acuerdo con lo que conversamos a finales de año y esperando que la vacuna venga a minimizar los riesgos, estamos pensando en un regreso escalonado a la presencialidad en aquellas áreas prioritarias que requieren cursos prácticos, laboratorios o cursos de nivel avanzado que sean determinantes para la graduación de las y los estudiantes».
En todo caso, este regreso a la presencialidad sería gradual, no completo y regido por los protocolos que apruebe el Ministerio de Salud. De acuerdo con las solicitudes de trabajo presencial de las unidades académicas, las autoridades universitarias diseñarán los protocolos de funcionamiento que luego Salud tendría que aprobar.
Sobre el funcionamiento universitario pospandemia, explicó el jerarca, no duda que «el Covid-19 va a marcar la historia de la UCR».
«La virtualidad ha resuelto muchos problemas que se tenían anteriormente: el desplazamiento, lo geográfico, la contaminación, el tema laboral para estudiantes que requieren trabajar y desplazarse de un lugar a otro, sin duda ofrece muchas posibilidades para el desarrollo académico universitario y es un camino que se puede emprender».
No obstante, dijo, el carácter humanista de la institución requiere mayor contacto humano, más socialización, por lo que la presencialidad nunca dejará de ser crucial aunque pueda vislumbrarse que la virtualidad, tras su respectiva evaluación, puede convertirse en un componente sustancial del quehacer académico, señaló.
Por Daniela Muñoz Solano | danielavms@gmail.com