Ciertamente todos (o casi todos) queremos lo mejor para nuestros hijos. Si pudiéramos, les daríamos el sol, la luna y las
estrellas. No es malo desear darles todo y que sean felices, sin embargo, esta no es la ruta correcta para una crianza
saludable, sabia y productiva.
Estoy segura que muchos hemos visto cómo algunos padres prefieren “evitar” un conflicto con sus hijos al no castigarlos
o corregirlos, porque además piensan que con eso les están haciendo algún daño. Más de uno vimos a un niño tirado en
el piso de un supermercado llorando y gritando porque quería algo y su madre no se lo quería comprar, y al final, la madre
al no saber controlar la situación ni a su propio hijo, cede ante la presión y termina comprando el capricho del niño.
Sabemos muy bien que lo que los niños absorben y aprenden desde que nacen y hasta los 5 años, aproximadamente, va
a moldear su carácter, su personalidad, sus gustos y su forma de ver las cosas. Es por eso que la responsabilidad es
sumamente alta cuando se trata de educar a los hijos. Puedes criar a un niño centrado, humilde, inteligente, empático,
respetuoso y talentoso o puedes criar a un niño egoísta, grosero, irrespetuoso, orgulloso, soberbio y con gustos nada
agradables.
Ustedes son los padres, no los mejores amigos
Es una moda muy poco útil que ahora los padres sean los “mejores amigos” de sus hijos. No caigan en ese error. Si
acostumbras a tus hijos a verte como su “mejor amigo/a” y no como el padre que eres, ya desde ese momento perdiste
autoridad y credibilidad. Una cosa es generar confianza entre los padres e hijos y otra muy diferente es que ambos se
traten como amigos, incluso usando sobrenombres que denotan falta de respeto. Ciertamente se debe nutrir e incentivar
la comunicación para que los hijos no tengan temor de hablar con sus padres sobre cualquier tema, sino que vean en ellos
una guía amorosa que los pueda aconsejar bien, sin embargo, al querer hacer esto, muchos padres borran el límite que
debe construirse entre ellos y sus hijos. Es ahí cuando todo lo demás se puede venir abajo si no se corrige a tiempo.
La sobrevaloración de los hijos
Uno de los errores más graves que cometen los padres hoy en día es la sobrevaloración de los hijos. El problema es que
los padres no identifican esto como una falta, y es ahí cuando este comportamiento se convierte en algo “normal” tanto
para ellos como para los hijos.
El doctor en psicología social Brad Bushman de la Universidad de Ohio, concluyó (tras una investigación científica
longitudinal de dos años) que un niño sobrevalorado por sus padres será probablemente un joven narcisista que tendrá
dificultades para funcionar en sociedad.
De acuerdo con dichos hallazgos, es claro que el niño que es aplaudido y alabado de manera constante termina por creer
que él es el más inteligente, eficiente, brillante, bello, etc. Además, sentirá que nunca tendrá que esforzarse por hacer
mejor las cosas, no querrá progresar ni corregirse, pues está plenamente convencido (gracias a sus padres) de que es el
mejor.
Otro estudio publicado en el Journal of Personality and Social Psychology (EUA), reveló que criar a los hijos con solo
alabanzas y aplausos es arriesgado, pues puede llevar a un narcisismo peligroso.
Los niños narcisistas se sienten superiores a sus compañeros y creen que merecen todos los privilegios, y su meta es ser
admirados. Si esto no sucede, y el niño narcisista es rechazado o humillado, esa situación va a tener respuestas de violencia
y agresión desproporcionadas.
Ahora: puede que el niño sobrevalorado no reaccione violentamente cuando se le rechace o humille, pero ciertamente
actuará bajo una frustración elevada pues está acostumbrado a que se le apruebe casi todo lo que hace y se le alabe
constantemente.
Esta sobrevaloración se da especialmente de parte de la madre. Yo personalmente he visto muchos ejemplos de ello.
Cuando el centro de tu vida son tus hijos y no tu cónyuge y tu hogar como tal, hay algo mal. Tiene que existir un balance.
Y ese error de concentrar tu vida, pensamientos y energía solo en tus hijos es una de las razones por las cuales muchos
matrimonios fracasan
Por ejemplo, si cuando eras niña querías ser pianista, bailarina o deportista y tus padres no pudieron ofrecerte clases,
pues ahora que eres madre quieres que tus hijos hagan lo que no pudiste hacer. Si cuando eras niña no obtuviste muchos
elogios de parte de tus padres o familiares, pues ahora que eres madre te obsesionas con tus hijos de forma casi enfermiza
publicando en redes sociales solo cosas de ellos e incluso convenciendo a los hijos de que ellos pueden conquistar la
galaxia si quisieran. No. Hacerles creer eso a los hijos es sumamente peligroso, más en el mundo en el cual vivimos ahora.
Los hijos, desde pequeños, tiene que tener una visión realista de la vida, deben aprender a defenderse inteligentemente
y saber que son solo humanos y no superhéroes.
El daño que se les hace a los hijos al sobrevalorarlos y ofrecerles el universo es muy grande. Yo sé que los padres que
actúan así no lo verán como un daño o algo negativo, pero a mediano y largo plazo será una situación insostenible y difícil
de manejar.
Crie a sus hijos con los pies en la tierra
Está bien chinear a los hijos, amarlos y reconocer sus logros y talentos, pero cuando esa llega a ser la regla 24/7, ya pasa
a ser un comportamiento perjudicial para ambas partes. Todo con medida, sabiduría, recato y humildad. Los hijos tienen
que saber que ellos no pueden obtener todo lo que quieren, porque no es así; pero es muy difícil cumplir este cometido
si le celebras todos sus cumpleaños con lo último en entretenimiento o le construyes un parque temático en el patio junto
con más de cien invitados(gastando mucho dinero). Además, aunque los padres no lo reconozcan, los hijos están sintiendo
presión al ver que sus padres se concentran solo en ellos.
Si a mí me hubieran criado con esa filosofía o forma de pensamiento narcisista, probablemente me sentiría fracasada en
este momento por no haber alcanzado todo lo que me dijeron mis padres que iba a alcanzar desde que nací. Gracias a
Dios no me criaron así.
Consejos
- No les haga un altar a sus hijos (ellos NO son el centro del universo; si piensan así, serán adultos egocéntricos)
- Enséñeles que no pueden obtener todo lo que quieren en la vida.
- Fomente en ellos una actitud de gratitud, empatía y humildad.
- No los alabe 24/7.
- Aunque es difícil, trate de NO darle a sus hijos pequeños un celular para uso personal.
- No se obsesione con ellos en redes sociales (no los exhiba cada 5 minutos ni los acostumbre a ellos).
- Incentive la comunicación respetuosa y de confianza y no una relación amistosa.
- La corrección y la disciplina son clave para que los hijos sepan que hay límites.
- No les de todo lo que pidan cuando ellos quieran.
- Recuerde que los hijos NO son el centro de su vida, el hogar en general lo es (es un balance).
- Si ama a su cónyuge, dedíquele tiempo de calidad también (los hijos crecen y se van).
Referencia: https://www.eltiempo.com/abc-del-bebe/nino/preescolar/sobrevalorar-a-los-hijos-grave-error-de-los-
padres-13045