PABEL BOLÍVAR
EL INDEPENDIENTE
La rana toro, el oso perezoso de tres dedos o el armadillo son algunas de las especies que ven peligrar su supervivencia todos los días a lo largo de la ruta 32, que comunica a San José con la provincia de Limón y que con la ampliación de esta carretera el riesgo para ellas aumenta.
Así lo dio a conocer una investigación del Centro Agronómico Tropical de Investigación y Enseñanza (CATIE), denominada “Identificación y caracterización de cruces de fauna silvestre en la sección de la ampliación de la carretera nacional Ruta 32, Limón, Costa Rica”, cuyo objetivo principal fue evaluar cómo afectará, para la fauna silvestre, el flujo vehicular en las nuevas condiciones de la autopista, tomando en cuenta la gran cantidad de especias que habitan sus alrededores.
La construcción de obra pública, entre ella la de carreteras, han sido consideradas como referentes para el desarrollo, pero si no se realiza siguiendo los parámetros establecidos en la legislación nacional, puede alterarse el equilibrio con la naturaleza.
Un reflejo de esta situación es la creciente muerte por atropello de animales silvestres, que en una eventual ampliación de la vía a cuatro carriles, el riesgo puede ser mayor tanto para la fauna como para los conductores.
Resulta prioritario identificar y caracterizar los principales sitios por donde cruzan los animales silvestres en la sección de la ampliación de la Ruta 32, que irá desde el cruce de Río Frío hasta Limón, en un total de 107.2 km de distancia.
Sobre esta región en la que se llevará a cabo la ampliación existen varias áreas ambientalmente vulnerables, entre ellas ocho Áreas Silvestres Protegidas, cuatro Reservas Forestales, dos Zonas Protectoras y cinco Corredores Biológicos. Además, varios humedales y Vacíos de Conservación, así como cinco Rutas de Conectividad que atraviesan la carretera se verían afectados.
Los encargados del proyecto recorrieron cada dos semanas, durante ocho meses, un total de 94.9 kilómetros la zona donde se ampliará la ruta 32, específicamente desde el cruce de Río Frío hasta el cruce de Moín. Los recorridos se hicieron en las mañanas y en las noches para registrar cualquier tipo de evidencia de fauna silvestre cerca o sobre la carretera.
El registro de esta actividad se llevó a cabo en un vehículo a una velocidad de 40 km/h . Los cuatro grupos de animales estudiados fueron anfibios, mamíferos, reptiles y aves.
En los 32 recorridos realizados y más de mil especias avistadas, el grupo con la mayor cantidad de registros fueron los anfibios, con el 46,5% del total. Las especies encontradas con mayor frecuencia fueron el sapo común (Rhinella marina), la rana toro (Leptodactylus savagei), el sapito de hojarasca (Rhaebo haematiticus) y las solda con solda (Gymnopis sp.).
El segundo grupo más afectado fue el de los mamíferos, con un 23,1% del total; destacaron el zorro pelón (Didelphis marsupialis), armadillo (Dasypus novemcinctus), perezoso de dos dedos (Choloepus hoffmanni), zorro gris de cuatro ojos (Philander opossum) y el zorro de balsa (Caluromys derbianus).
En el tercer lugar se encuentran los reptiles, con un 18.5% de los datos. La víbora de sangre (Ninia sebae) fue la especie con más daños, seguida de la boa (Boa constrictor), la culebra terciopelo (Bothrops asper), la iguana (Iguana iguana), así como distintas especias de tortugas terrestres.
Por último, las aves representaron el 11.1% de los datos, donde el sargento (Ramphocelus sp.) y los zopilotes fueron las especies atropelladas más habituales.
La mayor parte de los atropellos se dieron en zonas donde la vía se encontraba al mismo nivel y encima de la vegetación adyacente. Por otra parte, en las secciones rectas de la carretera estudiada fue donde murieron más animales, así como en los sitios rodeados de tacotales, potreros, zonas urbanas y algún tipo de bosque.
PERSPECTIVAS A FUTURO
El equipo investigador determinó que el impacto real de la ruta 32 sobre la fauna silvestre es más complejo y va más allá de los atropellos, incluso los efectos perjudiciales pueden ser hasta 30 veces mayores que el tamaño de la vía.
Se concluyó que en cada 3.3 km hubo presencia de un animal silvestre durante los recorridos realizados; se identificaron más de 94 especies que pudieron ser atropelladas. Este registro se incrementó en días lluviosos, siendo el sapo común la especie más afectada.
Finalmente, uno de los aspectos fundamentales de este estudio es su impacto a nivel de políticas públicas. Se necesita la coordinación entre distintas entidades gubernamentales, oenegés, grupos comunales y empresa privada para que se respete, tanto la construcción de obra pública, como la flora y fauna presente en el lugar.