El ex director del Hospital de Guápiles explica desde su óptica las implicaciones de
la crisis de C.C.S.S. en el servicio que la institución brinda a los usuarios.
Recién jubilado, fuera de las presiones de la función administrativa y lejos del alcance del código de ética interno, que a través del artículo 10 referente a la confidencialidad inhibe a los empleados de la institución pública a brindar información de la entidad, el doctor Javier Brenes describe de forma concienzuda y analítica la situación de la Caja Costarricense de Seguro Social.
Las apreciaciones del médico se convierten en un criterio autorizado después de 35 años de labor institucional. Al cabo de su ges- tión identifica y explica varios factores como causantes específicos de la crisis institucional, las posibles soluciones y el cómo esta problemática afecta la calidad del servicio que recibimos los usuarios.
Según estudios externos, con cifras oficiales de la institución, ésta enfrentó su peor momento en 2010, cuan- do las cifras negativas alcanzaron un déficit de ₡93 mil millones. Para Brenes el colapso se dio por la mala administración financiera y falta de planificación.
«La institución se sostiene porque los ingresos son altísimos», manifiesta el ex director con acierto, pues la institución maneja un presupuesto de ₡25 billones, y está en estudio un incremento que afectaría a los usuarios que pagan el seguro voluntario.
Esta medida es parte de varias que buscan incrementar la captación de recursos para solventar el desfase económico. Sin embargo recae directa y exclusivamente sobre los bolsillos de los usuarios, cuando la deuda estatal llegó en agosto de este 2014 a ₡622.705 millones.
«No sé hasta donde los patronos y asegurados van a poder seguir pagando», se pregunta el médico.
«La Caja es un monstruo de 50 mil empleados. De estos, sólo en la parte administrativa hay 5 mil. Hay gente aquí que no sé qué estará haciendo.», opina el galeno, quien además explicó que la institución tiene un promedio efectivo de horas laborales de 50% (medio tiempo).
Respecto a las limitaciones del servicio, la falta de planificación en cuanto a la cantidad de especialistas que la población requiere es un aspecto determinante. El faltante de especialistas obedece también a un filtro en el sistema educativo, que dificulta su formación.
Por último apunta hacia las políticas del «enquistado» Partido Liberación Nacional, —en referencia a la permanencia de este por dos períodos consecutivos en el poder—, que para el ex jerarca, se dieron en una dirección errónea y afectaron a la C.C.S.S.
Medidas de C.C.S.S. sub- sanan debilidad financiera, en desmedro de calidad en servicio
La situación financiera de la C.C.S.S. viene restableciéndose paulatinamente en el aspecto presupuestario. La medida de contención del gasto que ha implementado para paliar la crisis efectiva- mente ha mejorado el aspecto económico, puesto que en 2012 cerró con un superávit de ₡2.102 millones.
Sin embargo la política restrictiva ha limitado las condiciones que requiere el sistema de salud para cumplir satisfactoriamente con la de- manda de la población. «Se tomaron medidas para mejorar lo presupuestario, pero en perjuicio de la calidad de la atención al usuario, del crecimiento en infraestructura y la compra de equipo». Puntualiza Brenes.
Soluciones sin afectación al servicio
Su diagnóstico llega a la conclusión de que «la Caja necesita cirugía mayor».
Para él la institución debe reubicar las plazas administrativas hacia la atención médica. Se deben fortalecer los EBAIS, para que logren cumplir con la demanda social y así se descongestionen los hospitales.
Además piensa que los hospitales deberían tener autonomía respecto a la ejecución de las prerrogativas que deberían seguirse en busca de la mejora del servicio: «Los hospitales deberían tener libertad de remodelación de acuerdo a las necesidades de infraestructura y de contratación del personal».
Por otro lado, sostiene que la institución debería eliminar las direcciones regionales, las que según Brenes generan una burocratización mayor en la operatividad institucional.
El ex director sopesa que será difícil la salida definitiva a la crisis institucional, para la que es imprescindible la intervención política.
Sostiene que a pesar de las «buenas intenciones» políticas que pueda tener el actual gobierno, existen presiones originadas en intereses tanto internos como externos, para que «la Caja funcione mal» y termine por privatizarse.
«Son grupos fuertes de poder. Sin embargo la población ya se dio cuenta de eso. Tenemos movimientos inter- nos hacia la defensa de los intereses de los asegurados». Concluye.