• Concejo Municipal acoge solicitud revocatoria de la administración del inmueble a la Asociación Deportiva Santos de Guápiles.
Obedeciendo a una iniciativa impulsada por el Comité de Deportes de Pococí y un sector del Concejo Municipal, cuatro directivos de la Asociación Deportiva Santos de Guápiles (A.D.S.G.) firmaron y presentaron la revocatoria de la administración del estadio contra la misma entidad a la que pertenecen. Como medida cautelar, el estadio pasó a administración del Comité de Deportes el pasado 29 de julio.
El punto de discordia recae sobre el paso de la administración del edificio como bien público, de la asociación deportiva a manos de la Promotora Deportiva Mexitico S.A., empresa privada. Mientras el grupo de directivos sustenta la revocatoria en el incumplimiento de varios lineamientos legales, entre los cuales que Mexitico lucra con recursos públicos, la postura oficial de la asociación santista sostiene que se está mal informando con una «falsa interpretación» cuyo único fin es afectar al deporte local, pues Mexitico sólo es un administrador de la Asociación. «En Costa Rica hay otros estadios con este tipo de administración; aquí no se viola ninguna ley como se ha hecho creer, no sé con qué interés.
» Asegura el fiscal de A.D.S.G., Wilbert Picado. Al mismo tiempo el presidente honorario de esa asociación, Alberto Castillo, expresa que la empresa mexicana viene a aportarle tanto al equipo como al deporte local. «El Santos tiene un desfase de ₡150 millones al año, que Mexitico viene a aportar. La llegada de esa empresa viene a sostener al Santos en primera división.
El equipo tiene a 750 niños en ligas menores que no andan en drogas ni en las calles. Si les quitan el estadio y se van —refiriéndose a los mexicanos—, la que pierde es nuestra juventud », aseguró. Dentro del grupo que presenta el recurso convergen diversas razones que unifican a varios miembros de las distintas entidades en contra de la administración del estadio, que la Asociación Deportiva Santos de Guápiles cedió a la actual administradora tanto del equipo como del inmueble.
Johony Aguilar, miembro de Asociación, explica que en la misma hay fraccionamientos internos en la directiva, donde sólo unos cuantos toman las decisiones, y que la medida de impulsar la revocatoria junto a otros miembros de la agrupación santista fue para darse a respetar. Además agrega que en el Santos se hacen las cosas a conveniencia y no como lo dicta la normativa. «En la directiva se hacen las cosas como ellos dicen, no como debe ser. El Presidente toma decisiones con un pequeño grupo, nada más. Este es un medio para hacerse escuchar », explica el directivo refiriéndose a la revocatoria.
Panorama legal
Para el grupo de directivos y miembros del Comité de Deportes de Pococí, quienes esgrimieron la acción legal sobre varios argumentos, sobresale la transgresión del artículo N. 15 del convenio entre el Concejo y la A.D.S.G. «El presente convenio no podrá ser cedido, vendido, ni traspasado por cualquier medio o acto jurídico, sin el acuerdo expreso del Concejo municipal. En razón de lo anterior, está prohibido el subarriendo del estadio» dice el lineamiento.
Para los detractores del convenio Santos–Mexitico, este artículo deja sin efecto la cesión administrativa de parte de la Asociación hacia la empresa. «El estadio es público. Un bien de la comunidad que no puede pasar a ser un bien patrimonial de una empresa privada», aseguró Johony Aguilar, directivo quien presentó la revocatoria.
Sin embargo, Wilbert Picado, fiscal de la asociación santista, explica que la medida nunca contraviene al lineamiento, puesto que Mexitico está sujeto al convenio entre Santos y el Concejo, en que A.D.S.G. mantiene las responsabilidades que adquirió. «Nosotros nunca hemos subarrendado nada, que es lo que no se puede. Mexitico es el administrador de nuestra actividad como asociación. La asociación mantiene el contrato con el Concejo. Mexitico es como un empleado al que usted le dice: “adminístreme esto”», sostiene.
Regidores contra la pared
Tras haber acogido el recurso revocatorio presentado por los directivos, los regidores ejecutaron una medida cautelar que consistió en retirarle la administración del estadio a la Asociación Deportiva Santos ¬¬—que tiene «administrando a Mexitico»—, para dársela al Comité de Deportes de Pococí.
Ambas partes convergen en que el Concejo no tenía la potestad para la ejecución de la medida, pero difieren en cuanto a las repercusiones de la misma. «Están actuando en contra en la ley, esto les puede costar hasta las mismas curules. No queremos perjudicar a ningún regidor, pero si insisten en la medida quedarán destituidos», sentenció Wilbert Picado. Para Johony Aguilar, adversario del convenio Santos–Mexitico y quien es abogado, efectivamente los regidores no son jueces para emitir la ejecución de la medida cautelar, pero sostiene que la sanción no pasa de un proceso contencioso administrativo.
Polémico candado
La versión inicial de la pugna jurídica por la administración del estadio Ebal Rodríguez trascendió a nivel de la prensa nacional bajo la versión del presidente del Comité Cantonal de Deportes y Recreación de Pococí, Johan Valerio, quien dio a conocer la contienda por un candado con directivos administrativos de Mexitico. Un candado que fue cambiado por Mexitico en las bodegas que son propiedad del Comité de Deportes, situadas en el estadio, fue el detonante de la iniciativa legal. Este hecho fue uno de los argumentos presentados como causa para que el Concejo Municipal elevara a revisión el escenario administrativo del inmueble.
Valerio aseguró que el candado no lo dejaba acceder a herramientas y equipo de trabajo. Además agregó que solicitó el retiro de éste por escrito. Como no obtuvo respuesta, elevó el asunto al Concejo. Sin embargo la versión Valerio no es la única razón. «Lo del candado fue un medio. El tema ya se venía manejando hace un tiempo», explica Johony Aguilar, directivo del Santos.
Por su parte, tanto el presidente de Mexitico, Francisco Álvarez, como el vicepresidente Antonio Benavidez, aseguraron que efectivamente abrieron los candados, pero bajo el entendido de que en el convenio Santos–Mexitico tenían acceso a todas las instalaciones, y aseguraron desconocer que las bodegas le correspondían al Comité de Deportes. Por otra parte aseguraron que adentro se escuchaban roedores y que no había nada de valor. «Abrimos para limpiarlas. Adentro todo estaba antihigiénico», comenta el Presidente.
Repercusiones: según las partes en conflicto,
regidores que aprobaron la medida por unanimidad
estarían comprometiendo sus curules; mientras, por
fraccionamiento interno, la Asociación Deportiva Santos
de Guápiles cambiará la directiva.