PABEL BOLÍVAR |
EL INDEPENDIENTE |
Pese a sus seis años de edad, Ethan Valverde tiene sus metas claras: ser campeón nacional de gimnasia rítmica. Recientemente participó en un torneo donde compitieron atletas de países centroamericanos, Estados Unidos y Puerto Rico; ahí obtuvo cinco medallas de plata, una de oro y un trofeo en la categoría nivel cuatro masculino. Partió a los juegos deportivos nacionales Zona Norte 2015 con un respaldo exitoso y las ilusiones intactas.
Ese sentimiento esperanzador se vivió en Pococí días antes de que la delegación cantonal, compuesta por 160 personas entre atletas y entrenadores, viajara a las justas nacionales donde imperaron los triunfos.
El testimonio de Ethan refleja el sentir y trabajo de una familia entera que le apostó al deporte como un modo de vida. Él y su prima Zafiro Báudriga, de nueve años, son parte de esa niñez que compite a nivel nacional e internacional, dejando en alto el deporte en Pococí. “Nunca me voy a salir de gimnasia, voy a ser el campeón a nivel costarricense. Zafiro me ayudó, como vi que ganaba muchas medallas me quise meter. Mi tío Julio César tiene también muchas medallas y trofeos, por él me quise meter” cuenta el niño.
Su abuela, Isabel Quirós, fundó la asociación de gimnasia a nivel cantonal. Esta surgió a raíz de que su hijo Julio César inició los entrenamientos y tuvieron la intención de incluir el deporte en el cantón de Pococí. Como no eran de ninguna asociación, la conformaron, con el fin de que el Comité de Deportes diera apoyo. A partir de ahí, a varios de sus familiares les entró el “gusanito” de la gimnasia.
Para ella, el deporte enseña disciplina. Hay varios familiares que han sufrido lesiones e incluso fracturas. Pero levanta la frente en señal de orgullo al ver que su nieta Zafiro, también en nivel cuatro femenino, se alzó con el tercer lugar el año pasado. A sus nueve años, quiere ser campeona nacional, emulando las proyecciones futuras de Ethan.
PROYECTOS PRIORITARIOS
Como presidente del Comité Cantonal de Deportes de Pococí, Johan Valerio López asume como un triunfo la disposición de los atletas. La delegación, compuesta por 160 entre competidores y entrenadores, tuvo que prepararse durante más de un año. En la zona norte compitieron en ajedrez, fútbol, voleibol de playa, judo, gimnasia rítmica, entre otras disciplinas.
Afirma que el comité está para fomentar el deporte, sin fines de lucro. Cree que conformaron el mejor medallero en la historia de juegos nacionales, por la cantidad y calidad de atletas que llevaron. Entre las disciplinas favoritas estuvo el ajedrez, donde esperaban que tres deportistas obtuvieran, solo ellos, seis preseas, todas de oro. Asegura que tienen los mejores atletas de ajedrez a nivel nacional.
El Comité Cantonal cuenta con un presupuesto anual de 420 millones de colones, destinado a infraestructura, salarios de entrenadores. Se enorgullece al decir que son uno de los seis cantones en el país que se rigen bajo la Ley de Contratación Administrativa, lo que garantiza la transparencia en el manejo de los recursos. Más allá de los logros ya palpables, considera que aún hay mucho por hacer.
Jorge Hudson Queen, tesorero del comité cantonal de deportes, ratifica ese afán de hacer las cosas bien de la organización deportiva cantonal. Como representante nacional de los comités cantonales ante el Instituto Costarricense del Deporte y la Recreación (Icoder), comenta que su esfuerzo tiene mucho que ver con aprobar proyectos que beneficien a toda la provincia.
Oriundo de Barra del Colorado, tiene bien claro que es representante nacional, pero que pueden esperar que él “jale” para esta zona y desempeñar una labor que garantice financiamiento para el cantón y los comités.
Entre los proyectos pendientes a los que le dará prioridad será desarrollar una pista sintética de atletismo para el polideportivo de Pococí, instalaciones deportivas en Guácimo o dotar de un gimnasio a Talamanca.
Independientemente de los resultados obtenidos en las pasadas justas nacionales, el empeño de los jóvenes atletas como Ethan y Zafiro corrobora el esmero y ahínco con que se trabaja en la región. En medio de múltiples dificultades, ellos ponen el pecho y, por qué no, ritmo a la brisa.