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Dr. Christian Rivera
Costa Rica Azul
“El informe anual de OMPI, una organización internacional integrada por 187 países, revela que Estados Unidos sigue siendo, de lejos, el líder mundial en innovación, con 57,300 solicitudes de patentes internacionales presentadas ante la OMPI en 2013, lo que representa un aumento del 11 por ciento sobre el año anterior. En segundo lugar se encuentra Japón, con 44,000 solicitudes de patentes (1 por ciento de aumento sobre el año anterior), y luego China, con 22,000 solicitudes de patente (16 por ciento de aumento sobre el año anterior). En cuarto y quinto lugar están Alemania, y Corea del Sur” vía Andrés Oppenheimer
Grosso modo, las patentes son los derechos exclusivos que tiene una persona respecto a su invención, es la protección que brindan las leyes a aquellas personas o empresas que dedican largas jornadas de creatividad, esfuerzo, recursos e investigación a la creación de novedades de interés para la humanidad, ejemplo de esto son motores nuevos -como el que desarrolla nuestro compatriota Dr. Frankling Chang– o los fármacos para prevenir o combatir enfermedades.
Gracias a esta protección jurídica existe motivación para crear soluciones o facilidades a los problemas de hoy. Por ejemplo son conocidos los reclamos en tribunales entre compañías de tecnología cuando la competencia intentan explotar las creaciones que ellos desarrollaron. Sin estas leyes posiblemente la humanidad no estaría hoy disfrutando de muchas ventajas y no conoceríamos de grandes inventos que facilitaron la vida cotidiana.
Tradicionalmente las patentes se inscriben a nivel local y cuando se cree que tiene potencial internacional se solicita la inscripción a la OMPI.
El proceso de creación de patentes inicia con una idea; algo en que destacan las naciones que mejor invierten en el conocimiento, mediante patrocinio a la investigación académica o inversión privada. La solicitud de patentes internacionales en una nación es indicativo del desarrollo que el país está alcanzando, es una muestra del liderazgo intelectual y la capacidad de utilizarlo para transformar los elementos de la realidad creando lo que antes no existía.
Nuestro país, carente de ejército, tiene una fuerte inversión en educación sin embargo para pesar de todos los costarricenses ni siquiera somos tomados en cuenta en estas mediciones porque nuestros profesionales no están produciendo este tipo de conocimiento.
Salvo casos muy aislados en Costa Rica no se solicitan patentes, algo que para nuestra iniciativa demuestra que tenemos que ajustar la calidad de la inversión educativa orientando a más jóvenes a las ciencias, ingeniería y matemáticas, áreas de donde surge el conocimiento para transformar la realidad.
Para el abogado Luis Pal Hegedus, autoridad nacional en derecho de propiedad intelectual, es importante que nuestro país crezca en este campo “para alcanzar el objetivo de convertirnos en un verdadero país desarrollado, debemos apostar en la inversión para generar conocimiento. Es de suma importancia que existan en Costa Rica políticas públicas específicas, diseñadas con el objetivo de promover y estimular la generación de ideas innovadoras en todos los campos, ya sea de la economía, de la industria, de la ciencia, en suma, del quehacer humano” señaló.
“No es la simple generación de las ideas en sí mismas, sino entender que de esas ideas debemos obtener un provecho económico para así, crear riqueza. Las ideas que no son susceptibles de generar dinero, son simplemente eso, ideas. Pero las que generan riqueza, tienen la capacidad de convertirse en patentes de invención. No en vano, los países con mayores índices de generación de ideas per-cápita, de inscripción y registro de patentes de invención, son las sociedades más desarrolladas del planeta y las que cuentan por ende, con los mayores recursos para enfrentar sus problemas, (…) el número de patentes de invención generadas por un país en un período particular, se convierte así en una herramienta de medición de su grado de desarrollo, no sólo económico, sino también humano” agregó el experto.
Para reinventar el futuro debemos renovar nuestros esquemas, empoderar a la juventud, convencer a la academia y participar al sector privado para que la vocación por el estudio de los costarricenses se refleje a nivel internacional con variedad de invenciones para beneficio de la humanidad.
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