Durante años, los científicos han advertido que estamos en medio de una extinción masiva: la sexta en la historia del planeta y la primera causada por humanos.
Los elefantes podrían desaparecer de la naturaleza en una generación. Las poblaciones de anfibios se están derrumbando. Y el cambio climático está calentando y acidificando los océanos, amenazando con aniquilar los arrecifes de coral.
En total, un millón de las 8 millones de especies del mundo se enfrentan actualmente a la extinción, muchas en apenas décadas, advirtió la ONU en 2019. La tasa global de extinción de especies es al menos decenas de cientos de veces más alta que en promedio en el pasado.
Las principales amenazas son la disminución de los hábitats, la explotación de los recursos naturales, el cambio climático y la contaminación, según el informe de la ONU de 2019. Los humanos han alterado el 75% de la tierra de la Tierra y el 66% de los ecosistemas marinos desde tiempos preindustriales, cambios que vienen en diferentes formas, desde desechos arrojados a los océanos hasta especies invasoras introducidas por el hombre.
Hemos destruido los ecosistemas naturales del mundo: casi 600 especies de plantas han sido eliminadas en los últimos 250 años, una tasa de extinción 500 veces más rápida de lo que hubiera sido sin la intervención humana. La extinción masiva de las plantas significa problemas para los millones de especies, incluidos los humanos, que dependen de ellas.
Una gran parte del problema radica en el crecimiento de la población, la creciente demanda y los recursos que se agotan. Con una población en crecimiento, tenemos más bocas que alimentar, pero menos recursos que nunca. La disminución de la biodiversidad del planeta amenaza la agricultura, poniendo en riesgo nuestras razas y cultivos de ganado.
Pero el auge de la población no terminará pronto. El borrador del plan publicado el lunes advirtió que se espera que la población mundial actual de 7.600 millones alcance 8.600 millones para 2030 y 9.800 millones para 2050, con graves “implicaciones para la demanda de recursos, incluidos alimentos, infraestructura y uso de la tierra”.