Historia del Inder (Instituto Nacional de Desarrollo Rural)
HERIBERTO ARAYA
EL INDEPENDIENTE
El Inder, o El I.T.C.O (Instituto de Tierras y Colonización) como se llamaba cuando se colonizaron las llanuras de Cariari, se fundó en 1962, en el gobierno del entonces presidente Francisco J. Orlich, quien nombró como primer Gerente (que era el cargo de mayor jerarquía en ese entonces), al Ing. José Manuel Salazar Navarrete, ya que en ese entonces no existía la figura de Presidente ejecutivo.
Una de las primeras acciones de Salazar Navarrete fue gestionar ante el gobierno alemán la colaboración para que el Dr. Gerhard Sandner, quien era catedrático y director del departamento de geografía de la universidad de Hamburgo y quien había hecho estudios del proceso de colonización espontánea de Costa Rica, viniera y asesorara los procesos de colonización.La política agraria pretendía distribuir tierra, pero además: “liberar las energías productivas de los costarricenses, permitiendo a millares de ellos, con sus familias, el acceso a las decisiones básicas de la economía, y que alcanzaran así una plena realización de sus potencialidades de desarrollo personal y social”.
En 1964, se lleva a cabo la primera acción conjuntamente con ingenieros nacionales y consistió en localizar tierras baldías (que no tuvieran dueño) y encontraron que habían miles de hectáreas solas y no registradas en lo que hoy es el distrito de Cariari, por lo que decidieron hacer un mapa de la zona con la descripción geográfica y un decreto ejecutivo para titular toda el área a nombre del ITCO. Además se inició la construcción de la carretera de acceso hasta el río Tortuguero, ya que era selva virgen y no había medio de acceso. Los trabajos estuvieron a cargo del Topógrafo Jerónimo Venegas y el tractorista Ramiro Castillo.
Había un camino en pésimo estado hasta Punta de Riel de Roxana, de ahí el único medio de transporte en el que era posible seguir hacia el norte era el burrocarril, que circulaba con mucha vibración y ruido; una plataforma plana, destapada y sin asientos que rodaba sobre una estrecha línea de tranvía tirada por una yegua llamda Jalisca. El vehículo era propiedad del señor Zephaniah Bailey, corpulento “moreno” limonense a quien todos llamaban el manco Bailey. En verdad rebosaba simpatía este conductor a quien le faltaba una mano aunque le sobraba chispeante ingenio para ir haciendo incesantes chistes. Durante el viaje era inevitable salpicarse de barro y tener que bajarse innumerables veces a arreglar la angosta vía del pésimo tranvía.
De ese modo se duraba más de medio día en llegar, desde Guápiles al río Tortuguero.
Fuente: https://historiacostarica.wordpress.com/2012/11/19/historia-de-cariari-pococi-primera-parte/
Interesante esta historia de Cariari. Lástima que no han publicado la segunda parte, o al menos, no la he encontrado.
Muchas gracias