Este 07 de mayo, el reconocido calypsonian costarricense, Walter Ferguson, cumplió 100 años de edad. Ferguson, quien es conocido como Gavitt, nació en Guabito (Panamá), en 1919, pero pronto adoptó la nacionalidad costarricense. Toda su niñez la vivió en Cahuita, cuando solo era un pueblo de pescadores de la provincia de Limón, que lo reclama como hijo ilustre.
Ferguson es el autor de “Cabin in the Wata”, “Callaloo”, “Carnaval Day” y muchos otros calypsos, en los cuales retrata la vida de las aldeas de la vertiente Caribe costarricense con una combinación de humor y tragedia.
Durante la mayor parte de su vida, «Gavitt» se dedicó a interpretar su música sin salir casi nunca de su pueblo y valiéndose solamente de una guitarra, tal fue la admiración que causó en los músicos del Valle Central la sencillez y el poder de su interpretación, que alentó una corriente de renovación del calypso limonense entre los músicos urbanos y, gracias a la influencia que ha tenido en otros músicos costarricenses, como Manuel Monestel y la banda Cantoamérica, que ha ayudado a mantener viva la esencia del Calypso en el país.
En 1982, el musicólogo estadounidense Michael Williams produjo y grabó a Ferguson en un disco de acetato titulado Mr. Gavitt: Calypso of Costa Rica (cocoa plantation calypso songs sung in english), lanzado bajo el sello Smithsonian Folkways Recordings, en el cual se recogían algunos de sus temas más famosos.
La compañía discográfica costarricense Papaya Music le dio la oportunidad a Walter Ferguson de grabar su primer disco compacto de buena calidad, en el año 2002. El primer problema que se le presentó al equipo productor del disco fue que «Mr. Gavitt» se rehusó a desplazarse hasta San José para emprender la grabación del disco, de modo tal que el equipo de grabación debió trasladarse hasta Cahuita, específicamente, hasta el pequeño hotel que su familia posee a la entrada del Parque Nacional Cahuita, en donde los sonidistas debieron forrar una habitación con colchones y alfombras para aislar las loras y los perros que había en la casa y elevar la temperatura ambiente de modo que se pudieran aislar los sonidos de su voz y su guitarra.
En 2017, fue galardonado con el Premio de Patrimonio Cultural Inmaterial Emilia Prieto Tugores.